Un lugar escondido e inesperado en Galicia para comidas francesas y suizas insospechables.
Uno de los deportes de los Santiagueses es coger el coche para buscar restaurantes extraños donde uno coma bien y por supuesto barato. Existen muchas carreteras repletas de restaurantes donde uno puede encontrar todo tipo de comida a buen precio. Pero en Bembibre (Val do Dubra) se esconde una perla a unos pocos 25 kilómetros de Santiago de Compostela por la carretera provincial AC404-1914, en una calle transversal a la carretera principal. El restaurante Taboada es un restaurante de comidas sin pretensión exterior, que ejerce de pizzería pero sobre todo cocina comida internacional.
El restaurante Taboada hizo su fama proponiendo platos exóticos y de primera calidad, completamente distintos a la cocina tradicional gallega que uno puede encontrar en cualquier otro local. El dueño fue un emigrante suizo retornado que en tierras extranjeras perfeccionó su oficio de cocinero aplicando su arte a las mejores recetas francesas y suizas. El talento debe ser algo familiar, ya que hace unos pocos años su cuñado tomó las riendas del restaurante O Brañón, otra dirección recomendable.
El local desde el exterior no deja una impresión muy favorable, y al entrar nos parecerá un restaurante con nada que lo diferencie de cualquier otro. De algo si podremos darnos cuenta y es que la cocina que se encuentra a la derecha está acristalada y permite al cliente ver todo lo que se cuece dentro. A la derecha tenemos la barra del bar bastante larga, y a la izquierda y al fondo mesas del comedor. Los servicios se encuentran al fondo así como la televisión, y a la izquierda unas escaleras dan acceso a un comedor elevado con mesas. Esta zona mas íntima es mucho más agradable y suele ser la predilecta por los clientes. El ambiente y la decoración es de madera con cortinas y manteles azules.
Comedor del Taboada.
Un consejo: si nunca probó ancas de rana, no lo dude ni un minuto. También el emincé merece mención.
Pero lo más sorprendente es sin duda la carta con la cocina internacional con platos desconocidos pero sabrosos. La especialidad de la casa son las ancas de rana, una delicia, que sorprenderá a los que desconocen este manjar. El sabor se parece al pollo, pero la salsa de ajo y perejil añade al sabor. También como platos importados tenemos la fondue Bourguignone, otra especialidad donde resalta la calidad de la carne, y que se acompaña de una salsa fuerte y unas patatas fritas muy sabrosas (se nota la diferencia con las industriales). Otro plato es el emincé, una carne de cerdo troceada en tiras finas y cocinadas con vino y champiñones, que se puede pedir con dos salsas distintas que son a la crema (salsa champiñones con nata) o la salsa de la casa (más picante). También podremos tomar otros platos suizos donde siempre destacará la calidad. La carta de vino es limitada pero podremos encontrar unos rioja o mencía para acompañar nuestros platos.
El
servicio es correcto y acorde al local, siendo simple y amable. Las
raciones están bien, sin ser excesivamente generosas ni tampoco cutres.
Los precios son normales y accesibles, ni muy económicos debido a la
calidad de los productos ni tampoco exagerados por el propio sitio. La
ración de emincé cuesta 12 euros al igual que la ración de ancas de rana, y la ración de Fondue Bourguignone para una persona cuesta 13 (si somos dos son 26 euros). De media podemos comer por 25 a 30 euros con entrante,
plato, postre, vino, café y chupito (2 euros). La ultima vez que fui éramos tres y
tomamos una ración de ancas de ranas, una ración de emincé, 2 raciones
de fondue acompañado de una botella de vino Azpilicueta crianza y una de
agua. Concluimos con unos postres, unos cafés y dos chupitos y nos
salió a 78,40 euros. Otra vez por una ración de emincé, Fondue Bourguignone para dos, 3 cervezas, dos cafés y dos chupitos nos salio la cuenta a 49 euros para dos personas sin postre. Pero estaba todo rico. Otro punto positivo es que se ve la cocina desde las ventanas, y esto inspira confianza porque vemos como preparan todos los platos.
El valor añadido es su carta internacional que en pocos locales encontraremos y a un nivel muy competitivo.
Platos del Taboada (ancas de ranas, fondue bourguignone, emincé a la crema, postres).
Pros: los platos ofrecidos son ricos y buenos, además de inusuales.
Contras: uno debe coger el coche y la carretera es algo peligrosa si venimos de Santiago.
Links de interés:
Restaurantes de Santiago, Santiago, Galicia
Restaurante Taboada
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