Estas dos
islas son reconocidas como el primer asentamiento de habitantes del poblado de
Lutetia que se convertiría en Paris. Se sitúan en el centro de Paris, por el paso del río Sena y son conectadas al
resto de Paris por varios puentes muy famosos. La Isla de Saint-Louis se
convertiría en la zona residencial de Paris y la Isla de la Cité en la zona
administrativa de la ciudad. Paris siempre fue importante desde La Galia hasta
el Reino de Francia, aumentando su importancia hasta el siglo X donde la idea
de centralización en Francia la convertiría en la futura capital.
Isla Saint-Louis, un oasis de
tranquilidad y calidad de vida en París
El nombre
de la Isla Saint-Louis viene del rey Louis IX, llamado San Luis, quien bautizó
la isla. Por cierto, era muy devoto y santo ya que cuidaba a los leprosos, pero
también hizo leyes muy poco compasivas con los judíos como llevar marcas
distintivas en la ropa para ser reconocidos. Originalmente esta isla era Paris a la orilla
del Sena, y ya era un islote de descanso al estar apartada de la agitación y del
ruido de la ciudad. La Isla está conectada a París por 4 puentes y se compone de 4
calles transversales a la calle principal rue Saint-Louis en l´Île que la
recorre en toda su longitud y los quais
que son las calles que bordean el Sena donde se acaba el territorio para los
coches en la isla.
La Isla se
convirtió desde su origen en un barrio residencial muy caro de París, muy
apreciado por la nobleza y burguesía. Aunque sea muy visitado, la isla es muy
tranquila, parece que las calles en único sentido y los pocos sitios de aparcar
la protegen. Es muy agradable pasear a pie y recorrer la isla, y así apreciar los
bordes del Sena. La isla tiene muchos edificios monumentales típicamente
parisinos que no sufrieron los cambios de la modernidad que suele acarrear
muchas atrocidades. Destacan muchos hoteles particulares (recordemos que es el refugio
de la élite) así como la Iglesia de Saint-Louis en l´Île y por supuesto las
vistas panorámicas de París. Aunque la vivienda tenga un precio inabordable
para el común de los mortales, tenemos restaurantes famosos y de precios asequibles.
También está el Glacier Berthillon donde podremos
probar sus famosos sorbetes que tienen mucha fama. Tomaremos el puente de Saint-Louis para cruzar
el Sena y penetrar a la Isla de la Cité y sus monumentos.
La Isla
de la Cité como su vecina estaba en una zona inundable, como por ejemplo el
barrio le Marais (la marisma) pero hoy en día no se padece las inundaciones de
los siglos pasados. La Isla de la Cité se transformó en el centro
administrativo y monumental de la ciudad al albergar los primeros edificios
medievales de la ciudad que son la Catedral de Notre-Dame, la Conciergerie y la
Sainte-Chapelle. Si venimos desde la isla de Saint-Louis pasaremos por delante
del square Jean XXIII y en la punta de la isla está el Memorial a los Mártires
de la Deportación. Tomaremos la calle du Cloître Notre Dame que nos hará pasar
y rodeando la Catedral desde atrás hasta el Parvis de Notre-Dame. En la plaza
tenemos el Hospital Hôtel-Dieu, el más antiguo de la ciudad, y la fachada de la
Catedral. La Catedral de Notre-Dame es de estilo gótico, tiene dos torres de
casi 70 metros de altura y de 3 niveles. En la Catedral se coronaron Enrique VI
como rey de Inglaterra o Napoleón I como emperador de los franceses. Existe una
cripta arqueológica de la Catedral que alberga vestigios de las distintas épocas
(celtas, galo-romanas y medievales) encontradas en las distintas excavaciones.
Si nos
alejamos del Parvis tomando el quai du Marché Neuf pasaremos la calle perpendicular
de la Cité y el Petit Pont. Cuando lleguemos a la altura del puente
Saint-Michel, tomaremos el boulevard del Palais para ir al Palacio de Justicia.
Aquí está la Conciergerie, un palacio real que fue cárcel, y alberga la Iglesia
Sainte Chapelle (Santa Capilla). La Sainte Chapelle es un templo gótico y una de las obras cumbre del gótico.
Fue construida para albergar las reliquias del rey San Louis de Francia (Luis IX).
Está escondida en la Conciergerie, y lo que más destaca del templo es que sus paredes
fueron substituidas por vidrieras. La Capilla se divide en dos niveles que son dos
capillas, la capilla inferior era reservada para la gente humilde y la capilla
superior era reservada para los nobles y la corte. Destaca los techos altos de
ambas capillas, y las columnas de color azul y rojo en la capilla baja, y las vidrieras
superiores que relatan escenas religiosas.
En la
misma zona podremos ver el Tribunal de comercio de París o pasear por la Plaza
Louis Lépine donde se hace el mercado de Flores de París. Si nos acercamos a la
otra punta podremos pasear por la Plaza Dauphine y ver la otra entrada del
Palacio de Justicia, antes de ir al square du Vert-Galant. En este punto se
acaba la isla y se encuentra el puente Pont Neuf (puente nuevo), que es el
puente más viejo de la ciudad. Aquí están las Vedettes du Pont Neuf, donde se puede
tomar los famosos bateaux-mouches que hacen el típico recorrido en el río Sena.
Existen otros puntos en Paris donde tomar estas naves fluviales. La Isla tiene
muchos puentes famosos como el Pont Neuf, el puente Saint-Michel o el Puente
Notre-Dame, esto dos puentes nos llevan al barrio Saint-Michel que tiene muchos
restaurantes tradicionales o exóticos que son muy económicos. La fuente de
Saint-Michel suele estar siempre llena, porque suele ser elegida como punto de encuentro de
los parisinos y turistas.
Estas dos
islas son una parte de la gran belleza de Paris que empieza aquí pero no se acaba
con este privilegiado barrio.
Dónde comer: en la Isla Saint-Louis, en la misma calle principal Saint Louis podremos
encontrar varios restaurantes donde comer cocina tradicional francesa en los
bodegones rústicos, donde los más famosos son el restaurante La
taverne du Sergent Recruteur y taverne
Nos
Ancêtres les Gaulois cercanos ambos. En la Isla de la
Cité lo mejor es cruzar el río e ir al barrio Saint-Michel donde comer comida
tradicional francesa pero también especialidades griegas y turcas.
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