Peñafiel, ciudad medieval famosa por su Castillo y su vino.
Peñafiel se encuentra en la provincia de Valladolid, estratégicamente situada
en el centro de su comarca y donde todos los caminos conducen a ella. Valladolid
se encuentra al Oeste a 56 km tomando la nacional N122, y esta misma nacional
nos llevará al este a Aranda de Duero a unos pocos 40 km. Desde Aranda de Duero
por la autovía A1 podemos llegar a Peñafiel viniendo de Burgos al Norte y
Madrid al Sur. Segovia queda a 90 km al suroeste tomando una autovía (A601) y
una carretera provincial (VA-223).
Peñafiel, por su posición estratégica, siempre fue un bastión en los
conflictos de la reconquista, y fue señorío de miembros directos de la familia
real por su importancia. Su emblema es su Castillo defensivo que sirvió de base
durante la reconquista, así como el cultivo del vino y las famosas bodegas subterráneas
que establecieron su fama. Peñafiel se encuentra en la ribera
occidental y es por lo tanto una zona de Denominación de Origen Ribera. El
clima es continental y típicamente castellano, seco y frio, y muy favorable
para la uva. En la ciudad confluyen 3 ríos lo que le da una vegetación y un
paisaje muy agradable y suave comparado al resto de la provincia.
El Castillo es una
fortaleza medieval que es bastante estrecha (35 metros) y muy alarga (210
metros), y que en su interior solo se compone de un torreón de 3 pisos. Es
representativo de las fortificaciones roqueras durante la reconquista y solo
tiene una puerta de acceso. Desde 1999 dentro se construyó el museo del vino que
añade al Castillo una función suplementaria. Se encuentra a posición alta y se
accede desde la ciudad por una carretera, el paseo dura 10 minutos a pie aunque
nos parezca más desde el pueblo. Las vistas son muy bonitas, y tenemos una panorámica
del pueblo y de toda su zona, recordándonos la función original del Castillo.
Al entrar
al casco histórico de Peñafiel veremos un panel informativo electrónico que
daría envidia a muchas ciudades españolas. Nos acercaremos a la Plaza de España
donde se ubica el Ayuntamiento y la Iglesia de Santa María que ahora es la sede del museo Comarcal
de Arte Sacro, y mezcla varios estilos arquitecticos. En la plaza se encuentra parte
del ambiente a la hora del paseíto y de la caña. Paseando por la ciudad podremos
ver los restos de la muralla medieval, sus puentes y sus ríos. Como anécdota paseando por sus calles encontraremos una Casa
Museo de la Ribera. La Torre del Reloj es el monumento más representativo de la ciudad, es el
único vestigio de una antigua iglesia románica y su reloj se colocó en el siglo
XIX, cuando se empezó a llamarse así. Es el monumento más antiguo de Peñafiel y
es de tipo gótico. Otra iglesia representativa de la ciudad es la Iglesia de
San Miguel.
Un consejo: el paseo a pie
hasta la cima del Castillo es muy agradable y placentero, y se hace rápido. También
si se quiere visitar varios monumentos y bodegas de Peñafiel se puede uno plantear
la compra de uno de los bonos.
La Plaza del Coso es
un espacio que alberga fiestas taurinas desde la edad media, y hoy en día se
mantiene su función. Esta plaza es de tierra, y la rodeada casas típicas castellanas
de adobe, piedra y madera y que no pasan de 2 pisos de altura. Los balcones de
estas casas sirven de palcos durante las fiestas, y cosa peculiar, las vistas
de los palcos se heredan a los antiguos propietarios, aunque hayan vendido la
casa. La Iglesia y el Convento de San Pablo están un poco alejados de la Plaza Mayor
del pueblo y es una visita obligada. Su aspecto exterior gótico compuesto de
ladrillos se diferencia con su interior más reciente, como por ejemplo su capilla
funeraria que es de estilo renacentista. Por lo que se recomienda la visita de su
interior para que uno pueda apreciar el contraste. Si pasamos el puente que atraviesa
el río Durantón y salimos del casco histórico de Peñafiel nos acercaremos al Hotel
SPA Convento Las Claras. Este magnifico monumento fue una iglesia que mantiene
aún su función y se puede visitar en fechas limitadas. Destaca el arco exterior
para entrar en el actual hotel, así como la portada exterior de la iglesia con
los escudos bien visibles.
Las bodegas forman
parte de Peñafiel y de su atractivo, y nos quedaremos convencidos viendo todas
las bodegas subterráneas antiguas que se detectan por las aeraciones a lo largo
de nuestro paseo. Es tan importante la industria del vino en la zona que por
ejemplo las guías turísticas están enfocadas a la visita y compra de vino, y
están muy logradas y útiles. También Peñafiel ofrece varios bonos que permiten
aprovechar los monumentos y bodegas según el tipo de visita que queremos hacer
ahorrando. La bodega más representativa es sin duda la Bodega Protos, que se
puede visitar. Está excavada en la propia montaña donde se asienta el Castillo
y tiene enormes galerías. Al lado están el almacén y la tienda de venta al público,
y justo en frente sus nuevas instalaciones diseñadas por el famoso arquitecto
Richard Rogers. Pero muy cerca de la ciudad tenemos otras bodegas como Comenge,
Vega Real y muchas más por visitar.
Al nivel gastronómico,
aunque pueda aburrir a algunos, la especialidad de la zona, como no, es el
lechazo por supuesto. Se hace muy apetecible acompañado de un buen vino de Ribera
de la zona, que no tienen nada que envidiar a los riojas. Pero no solo en el
cabrito y cordero se resume la oferta gastronómica, también tenemos productos
de caza en temporada como la perdiz, la codorniz, la liebre y el conejo.
También tenemos setas, morcillas, pimientos, chorizos, quesos, espárragos y la sopa castellana, que da un abanico amplio para el turista a la hora de
escoger. En Peñafiel también se practica el pinchito, donde los bares se llenan
a la hora del vermú y caña de consumidores que acompañan su consumición con un
pincho (que se paga).
Otras visitas cercanas a Peñafiel son el yacimiento
histórico de Pintia, o bien podemos tomar la carretera (ahora en obra) hacia Roa que atraviesa viñedos
y bodegas. En Roa podemos ver su Colegiata y aprovechar su altura para
disfrutar las vistas panorámicas en su paseo del Espolón.
Dónde comer: En la ciudad tenemos unos asadores y mesones donde poder disfrutar de la especialidad de la zona, el lechazo, así como los productos de caza. Hay restaurantes cercanos a la Plaza de España, o podemos alejarnos del casco histórico hacia el río Durantón donde se encuentran restaurantes como el Convento Las Claras o antes del puente el Molino de Palacios.
Sugerencia: restaurante El Molino de Palacios
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